domingo, 13 de diciembre de 2009

Trabajo C.


Semejanzas entre un plátano y una campana.


A primera vista es posible creer (pensamos) que un plátano y una campana son totalmente distintos, pero la opinión cambia apenas se los conoce (analiza) profundamente, me atrevo a decir que entonces es difícil no percatarse de su parecido, de sus caracteres que coinciden (en tantas cosas). Plátano es un ser alegre y delicado y Campana irradia una felicidad aguda que se convierte, en silencio, en una quieta paz. Ambos seres son hermosos si se los ve a lo lejos, Campana cómodamente acostada en alguna mesa, boca abajo, da la sensación de un misterio que solo (sólo) puede desentrañarse poniéndola a reír, en el caso de Plátano la cosa no resulta muy distinta, con ese aire de ligera arrogancia, es también un misterio que se desentraña desnudándolo, mordiendo su carne como se muerde el sonido de Campana, de su voz (¿de quien?) que produce júbilo, que avisa. Plátano y Campana están hechos de forma parecida, aunque parezca increíble, porque Plátano es obra de la naturaleza y Campana obra humana, pero ambos están hechos de la nada, en eso se parecen muchísimo. Un día hay un árbol de plátanos y al momento siguiente allí está, amarillo, alargado, plátano, (el) comestible plátano. Luego tenemos a (la) Campana, que está hecha de metal o de alguna otra cosa y pareciera también que de un momento a otro es ya una campana, campana. Haré una canción sobre ellos y verán que aún hay más cosas en las que se parecen, por ejemplo, que ambos tendrán una canción que les inventé yo.

Estos fueron los errores que el profesor me señaló y así fué como quedo el trabajo después de corregirlo:

Semejanzas entre un plátano y una campana.




A primera vista pensamos que un plátano y una campana son totalmente distintos, pero la opinión cambia apenas se los analiza profundamente, me atrevo a decir que entonces es difícil no percatarse de su parecido, de sus caracteres que coinciden. El plátano es una fruta alegre y delicada y la campana irradia una felicidad aguda que se convierte, en silencio, en una quieta paz. Ambos seres son hermosos si se los ve a lo lejos, la campana cómodamente acostada en alguna mesa, boca abajo, da la sensación de un misterio que sólo puede desentrañarse poniéndola a reír, en el caso de el plátano la cosa no resulta muy distinta, con ese aire de ligera arrogancia, es también un misterio que se desentraña desnudándolo, mordiendo su carne como se muerde el sonido de ambas voces, la del plátano y la campana, voces que producen júbilo, que avisan. El plátano y la campana están hechos de forma parecida, aunque parezca increíble, porque el plátano es obra de la naturaleza y la campana obra humana, pero ambos están hechos de la nada, en eso se parecen muchísimo. Un día hay un árbol de plátanos y al momento siguiente aparece el amarillo, alargado y comestible plátano. Luego tenemos a la campana, que está hecha de metal o de alguna otra cosa y pareciera también que de un momento a otro es ya una campana, campana. Haré una canción sobre ellos y verán que aún hay más cosas en las que se parecen, por ejemplo, que ambos tendrán una canción que les inventé yo. 


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